Nunca antes, un gobierno latinoamericano, había tenido tanta capacidad operativa en el área de la inteligencia y la contrainteligencia, como actualmente lo posee el gobierno de Colombia.
Los hechos que se vienen conociendo y que tienen relación con el caso del espionaje electrónico al gobierno Ecuatoriano, denominado “Proyecto Salomón”, confirman el nivel operativo que Colombia ha logrado para la guerra y el espionaje electrónico.
Por supuesto, dicho nivel es concebido, gracias a la cooperación de los gobiernos estadounidense e israelí; que han dotado de equipos para la intervención y guerra electrónica de última generación a Colombia. Sin dejar de reconocer todo el entrenamiento dado al personal seleccionado para el cumplimiento de éste tipo de operaciones; entrenamiento realizado a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y del Servicio Secreto Israelí (Mossad).
Ahora bien, las actividades de intervenciones telefónicas, tanto de celulares como de teléfonos fijos, tienen mayor efectividad, si previamente se han obtenido los números telefónicos a intervenir, así como también, si se han escogido lugares adecuados e idóneos para efectuar las operaciones de escucha y seguimientos.
Los Estados, para evitar que ocurran hechos de espionaje, tratan que el personal que forma parte del alto gobierno, sean instruidos en los protocolos de seguridad, que se deberían de poner en práctica, para evitar o disminuir el riesgo de escucha e intervenciones electrónicas por parte de los servicios de inteligencia extranjero.
Pudiéramos decir, que la ejecución de éste tipo de operación, cuando se realizan en territorios extranjeros, es porque ya se ha captado personal vinculados al entorno de los objetivos seleccionados a ser espiados.
En consecuencia, este tipo de espionaje, obedece más bien a personas compradas y sobornadas por la inteligencia extranjera. Es decir, el uso del dinero es primordial para el pago a cambio de información sensible y de interés.
Los espías, se especializan en seleccionar o escoger los blancos más débiles que puedan existir dentro de las estructuras del gobierno. Esos blancos o personas, por lo general, son estudiados cuidadosamente. Los métodos utilizados siempre obedecen a un mismo patrón que ya ha sido puesto en práctica durante años por los servicios de inteligencia estadounidense.
Ese patrón, no es más que el de corromper a los funcionarios o personas que forman parte del gobierno.
Patrón muy bien diseñado por la inteligencia secreta estadounidense, y que ahora, el gobierno colombiano viene aplicando en el Ecuador, y probablemente en Venezuela también.
No hay que olvidar que Venezuela, recientemente fue blanco de una serie de actividades de espionajes por parte de ciudadanos de nacionalidad colombiana, que durante dos o tres años de residencia en el país, obtuvieron información de las Empresas Básicas del Estado, sobre todo de las Empresas relacionadas con el sector energético.
Mucha de esa información, lograda a través de sobornos y pagos a funcionarios responsables del cuido y operación de los sistemas del sector energético venezolano, había sido puesta en manos del Departamento Administrativo de Seguridad del Gobierno Colombiano (DAS).
Como dato curioso, no hay que olvidar, que Colombia a mediados del año 2009, ya preveía la crisis energética por la cual pasó Venezuela durante todo el primer semestre del 2010.
Este hecho, confirma como la inteligencia Colombiana ha penetrado los escenarios de seguridad del Estado Venezolano.
Para el caso ecuatoriano, la penetración de los anillos de seguridad por parte de la inteligencia colombiana, que logró la consecución de información a través de sobornos e intervenciones telefónicas de los altos personajes del gobierno, señala también, lo frágil de la seguridad del gobierno.
Lo ocurrido en el Ecuador, indica que se pudiera estar ante eventos de mayores envergaduras, ya que claramente se observa, que las acciones del espionaje se dieron una vez que Colombia realizó, en marzo del 2008, el bombardeo en el territorio del Ecuador. Ataque militar efectuada con alta tecnología electrónica y con apoyo de comandos especiales estadounidenses y pilotos israelíes.
Realmente, la seguridad de los Estados se está viendo amenazada por parte del gobierno de Colombia, que con el apoyo de los EE.UU. y de Israel, se ha atrevido añadir un problema más a la tranquilidad y la sana paz de la región. Aparte de las ya recién instaladas Bases Militares norteamericanas.
Analizar los hechos y colocarlos en el contexto y contorno adecuado, es lo primordial que deberían estar haciendo los servicios de contrainteligencia del Ecuador y de Venezuela.
No hay que olvidar, que se está confrontando con las dos organizaciones de servicio secreto más importante del mundo occidental y que han dado mucho de qué hablar en los últimos tiempos, por sus aceptadas operaciones de espionaje.
Hablamos de la CIA y el Mossad, más no del DAS colombiano. Los requerimientos de espionaje sobre Ecuador y Venezuela, son generados desde el seno de estas dos organizaciones de inteligencia secreta.
El tratar de conocer que buscan, que quieren, que pretenden y como lo van hacer es de sumo interés.
Pero también, el negar información es importante. Para ello hay que establecer que es lo primordial para la seguridad nacional. Que es lo que hay que cuidar y fortalecer. Un trabajo que sólo los gobiernos de Venezuela y Ecuador pueden hacer. Sólo a ellos les compete.
De igual forma los gobiernos deben de aprender, que en el área de la inteligencia, la falta de formación mental y corporal es muy peligrosa. Hay que lograr tales formaciones, de hacerse, se pudiera estar evitando los sobornos y la compra de los denominados “agentes dobles”.
Por otra parte, no se puede concebir la idea, que la operación Colombiana “Proyecto Salomón” haya sido dada a conocer por un medio de prensa del Ecuador (1), que recogió la información gracias a las denuncias realizadas por los agentes colombianos que participaron en dicha operación.
Cabe entonces aquí una pregunta: ¿Dónde está la contrainteligencia ecuatoriana y venezolana, que no pudieron adelantarse a tales denuncias? No se explica cómo ambos gobiernos hayan fallado ante tantas pretensiones de Colombia.
El triunfo del ex – Ministro de la Defensa Colombiana, Juan Manuel Santos, para la Presidencia de Colombia y sus reiteradas declaraciones sobre la continuidad de la Política de Seguridad Democrática, implementada por el Presidente saliente Álvaro Uribe Vélez, indican fehacientemente que la región suramericana estará constantemente al filo de una guerra.
Preparémonos mentalmente para lo que viene.
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