
La semana pasada culminaba un artículo dirigido al Dr. José Vicente Rangel con la siguiente frase:
¿No hay descontento militar, quién puede negar esto?.....
En esa oportunidad, le escribía al Dr. Rangel, sobre las injusticias que se están cometiendo con los ascensos de ciertos oficiales y que el Alto Mando Militar ha preferido de la mejor manera (según una norma de la "nueva" LOFAN) para aquellos oficiales que no se les concederá el ascenso respectivo, darles de baja de la institución militar de forma inmediata.
Al leer la norma, prevista en el Artículo Nro. 92 de la "nueva" LOFAN, señalada como "Permanencia Máxima en el Grado o Jerarquía", la misma indica lo siguiente:
"Cumplido el tiempo de servicio mínimo en cada grado o jerarquía, el militar profesional que no sea ascendido al grado o jerarquía inmediata superior, podrá permanecer en el mismo por un lapso de dos años. Cumplido éste lapso y no obtenidos los méritos o no existir la vacante para ascender, pasara a la situación de retiro".
Claramente se observa en la norma, que existen cinco grandes interrogantes a disipar, las cuales son:
¿No hay descontento militar, quién puede negar esto?.....
En esa oportunidad, le escribía al Dr. Rangel, sobre las injusticias que se están cometiendo con los ascensos de ciertos oficiales y que el Alto Mando Militar ha preferido de la mejor manera (según una norma de la "nueva" LOFAN) para aquellos oficiales que no se les concederá el ascenso respectivo, darles de baja de la institución militar de forma inmediata.
Al leer la norma, prevista en el Artículo Nro. 92 de la "nueva" LOFAN, señalada como "Permanencia Máxima en el Grado o Jerarquía", la misma indica lo siguiente:
"Cumplido el tiempo de servicio mínimo en cada grado o jerarquía, el militar profesional que no sea ascendido al grado o jerarquía inmediata superior, podrá permanecer en el mismo por un lapso de dos años. Cumplido éste lapso y no obtenidos los méritos o no existir la vacante para ascender, pasara a la situación de retiro".
Claramente se observa en la norma, que existen cinco grandes interrogantes a disipar, las cuales son:
- ¿Quién determina los méritos de un militar profesional, cuando a él mismo, durante dos años consecutivos no se le ha concedido el ascenso al grado inmediato superior, a pesar de no habérsele computado ninguna falta en su historial personal?
- Para un militar profesional, que no haya sido ascendido por falta de plaza o vacante en el grado inmediato superior y que se le conceda la baja a los dos (02) años de haberse cumplido el lapso de ascenso (a pesar de que el militar tenga todas las condiciones para merecerlo). ¿Acaso éste acto no constituye una acción de injusticia y viola todos los derechos del militar como ser humano?
- ¿Dónde está la tranquilidad psicológica del profesional militar?
- ¿Acaso esta norma no puede ser usada como motivo para flaquear la moral y la buena conducta de oficiales apegados al principio universal "de la obediencia debida"?
- ¿Qué otras "condiciones" y "capacidades", debería tener un militar profesional aparte de las que constituyen (en el buen sentido de la palabra) la obediencia, la disciplina, el cumplimiento de órdenes, el cumplimiento de su trabajo; para que sean tomadas como "méritos" a la hora de un ascenso?
¿Y quiénes serían los más capaces de "salvarse" del inquisidor del momento; del "quién" decide si vas o no vas "pa' el baile"?
¿En qué situación están poniendo a los oficiales de las Fuerzas Armadas Nacionales?
¿Qué se persigue en el fondo con esta norma? ¿Acaso pretenden una guerra de cuchillos entre oficiales o un estado de jalabolismo de subalternos hacia los superiores?
¿Acaso persiguen la idea, de que los oficiales honestos "NO DENUNCIEN A OFICIALES CORRUPTOS", que los hay en todos los grados y en todas las fuerzas?
Para nadie es un secreto, que aquel militar que ose denunciar actos deshonestos dentro de la oficialidad, se le execre y se le aparte como si fuera un leproso, un enfermo; o más triste..... un pobre "huevón".
Los oficiales de hoy no son como los oficiales de ayer, en relación a su nacionalismo y su ética militar. El profesionalismo, la integridad y la capacidad técnica hoy estan más presentes. Valores que están por encima de cualquier pretensión de dominación mental y de subyugamiento.
La pretendida intención de esta norma que escapa de todo sentido de benignidad se verá enfrentada en el tiempo y no podrá sostenerse ante el cúmulo de ideas progresistas que se replantean en la filosofía militar venezolana.
Somos nosotros, los militares activos y en situación de retiro, de manera concienzuda y con conciencia progresista, enfocados a los nuevos tiempos y a los dictados de éste nuevo siglo, los llamados a realizar los verdaderos cambios que engendren una generación de oficiales capaces de consolidar unas Fuerzas Armadas que apuntalen los designios que necesita nuestra nación.
Sólo con ideas y pensamientos honestos, con acciones correctamente enfocadas, sin temores y con capacidad de decisión, se podrá efectuar un cambio que permita el desarrollo verdadero de la organización militar.
Por tanto, el decir con firmeza frases como: No a la corrupción descarada. No a la subordinación pasiva. No al cumplimiento de órdenes arbitrarias. No a la obediencia ciega. No a la indisciplina disfrazada de disciplina. No a las normas con pretensiones de subyugamiento...constituyen los primeros pasos hacia un cambio de paradigma y el replanteamiento de la nueva filosofía militar venezolana.
Lic. Carlos Salazar
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