Solo
para pensar
Recientemente he leído con
mucho detenimiento un artículo escrito por el analista político y ex secretario
del Tesoro de los EE.UU., Paul Craig
Roberts, donde señala de una manera muy puntual, los por menores de una
entrevista realizada por él, a la cadena de televisión Russia Today (RT) de
Moscú.
La entrevista, estuvo
relacionada con los hechos dantescos y criminales de la matanza de 20 niños y
07 adultos, todos pertenecientes a la Escuela Primaria Sandy Hook del poblado
de Newtown en el estado de Connecticut, EE.UU.
Paul Craig Roberts en su
artículo, titulado “La agenda impulsada
por la prensa. El tiroteo en la escuela de Connecticut”, explica el
desarrollo de la entrevista con la mencionada televisora rusa. En dicho
artículo, señala:
“… que él sabía, que
los EE.UU. constituyen el motor impulsor de las noticias en el mundo; y que los
hechos ocurridos en la Escuela Sandy Hook estaban relacionados, más con el uso
de las armas, que con los muertos ocurridos en esa escuela…”
Más adelante señala:
“Me sorprendí al ver
que el interés de RT de Moscú era difundir la historia oficial de EE.UU. sobre los
tiroteos y para preguntarme si yo pensaba que las "armas de asalto"
se prohibirían en consecuencia…
…Y que para él, se
tenía que comenzar definiendo que era un “arma de asalto”…
“… Muchas cosas pueden
ser un arma de asalto. Un bate de béisbol, un cuchillo, un puño, un pie, un
solo disparo de un rifle .22, una escopeta de dos cañones, un atizador para chimenea,
un revólver de seis tiros, un ladrillo, una espada, un arco, una flecha, una
lanza. Cualquier persona puede continuar agregando muchos elementos a esta
lista…”
Pero en su comentario y
narrativa de su artículo, acierta es escribir lo que la periodista de Russia
Today de Moscú quería realmente saber:
“… La Agencia de Control
de Armas de los EE.UU y los Activistas para el uso de las Armas, han definido el
"arma de asalto" para la versión de uso civil, como un arma de guerra
semi - automática, tal como el AR-15, cuya versión civil se asemeja a la
versión de uso militar denominada M-16 y AK-47. Durante el gobierno de Bill Clinton,
a la versión civil de estas armas no se le permitía tener características ofensivas;
ya que esas características hacían de los fusiles una apariencia militar, y las
armas estaban restringidas a usar cargadores que contuvieran no más de diez
rondas de tiro.
Hoy en día, existen
en el mercado cargadores con 20 y 30 rondas de tiros. Para un profesional, la
capacidad de los cargadores es irrelevante. Pues, solo con la experiencia que una
persona pueda tener, es capaz de cambiar un cargador con sólo un clips en un
segundo. Un botón es pulsado, y el cargador es retirado para colocar un
cargador nuevo, con solo un clip. Por razones difíciles de entender, los
defensores y activistas del control de armas, piensan que un cargador de diez
tiros vuelve un "arma de asalto" en otra cosa...”
Hasta aquí, la explicación
que da el Dr. Paul Craig Roberts, sobre el uso de las “armas de asalto” en los
EE.UU. para el sector civil, deja perplejo a cualquier persona del resto del
mundo.
Y la perplejidad continúa,
cuando claramente se indica, que la lucha de los activistas contra el uso de
las “armas de asalto”, solo se limita a la cantidad y a la capacidad de
cartuchos o balas o proyectiles que
un cargador para “armas de asalto” debería de poseer.
Y se agrega más, la lucha
de estos activistas no es por la eliminación total del uso de todos los tipos
de armas en los Estados Unidos.
Es increíble pensarlo,
pero todos los hechos de matanza que han ocurrido en los EE.UU. en los últimos
años, solo se reducen al control de armas y a su capacidad de tiros para el uso
civil.
Todo se reduce a que el
asesino de niños en la Escuela Primaria Sandy Hook, tuvo acceso al uso de
“armas de asalto”.
Todo se reduce a este
vulgar y patético análisis: “Control de Armas”.
Pero jamás se piensa por
la eliminación del uso de las armas, por la eliminación de las ventas de armas,
por la eliminación de la producción de armas, por la eliminación de cada una de
las empresas que se dedican al diseño y creación de armas.
Tremendas contradicciones
posee esa sociedad estadounidense, que llora por sus niños muertos en mano de
un joven que ha sido enfermado por esa misma sociedad que permite la práctica
del uso de las armas; mientras ríe, se enaltece y se enorgullece asesinando
niños del resto del mundo.
Tal cual como lo manifestó
el periodista norteamericano Larry Hales en su famoso artículo “Más allá de las
armas”, cuando escribió:
“… Cuando el presidente Obama manifestó su condolencia
y habló de responsabilizarse de los niños de otros y de dar a los niños la
posibilidad de que vivan su vida felices, quizá no pensaba en los niños de
Pakistán que han perdido su vida por ataques de los aviones estadounidenses no
tripulados.
Tal vez no había pensado en los niños de Gaza, que
murieron por bombas lanzadas por Israel pero financiadas por Estados Unidos, ni
en los niños de Iraq o los niños de cualquier otro lugar que sufren a causa de
las políticas de guerra y la estrangulación económica estadounidenses.
Quizá no haya pensado en los millones de niños que
mueren de hambre cada año a causa de la desestabilización neoliberal de las
economías de países subdesarrollados.
Seguramente no pensó en los niños de progenitores
deportados. O en Trayvon Martin, o Jordan Davis, o en los niños y nietos de
Anthony Anderson, que fue asesinado por la policía de Baltimore. Seguramente no
conoce el nombre de Ramarley Graham, ni de los muchos cuyas vidas se perdieron
a causa de la brutalidad policial. Ni en quienes murieron por falta de atención
sanitaria o acabaron olvidados por la paulatina desaparición de las redes de
protección social.
Los medios de comunicación no hablan de nada de lo
anterior. Aunque, claro está, la vida de un niño palestino no vale menos que la
de uno de los niños pequeños muertos en la Escuela Primaria de Sandy Hook.
Sin embargo, el hecho de que parezca depositarse mayor
valor en una vida que en otra, y de que los medios de comunicación y los
políticos puedan hablar con generalizaciones sobre lo valiosa que es la vida de
un menor al tiempo que persisten y ponen en práctica políticas que conducen al
sufrimiento de centenares de millones de ellos, no empieza más que estar en el
meollo de la cuestión…”
Un estado policial que juega con el
terror
El Dr. Paul Craig Roberts también
acierta en su artículo, cuando manifiesta que los EE.UU. constituyen el mayor
estado policial que la historia de la humanidad haya conocido. Gracias a su
poder tecnológico, es capaz de producir cualquier medio y recurso que le
permita espiar a su propia población. Su capacidad de espionaje supera a lo que
el mundo conoció en una oportunidad cuando existió la Alemania de Adolfo Hitler
y la extinta Unión Soviética de Joseph Stalin.
Incluso, la imaginación de
George Orwell en su famosa novela titulada “1984”, ha sido superada en la
práctica por el estado policial de Washington. La “guerra contra el terrorismo”
ha sido la excusa perfecta para crear un estado intervencionista y colonizador
del mundo.
Con éste análisis
introductorio, se abre una interrogante y un cuestionamiento sobre los hechos
acaecidos en la Escuela Sandy Hook, puesto que el cruce de información, tanto
de los periodistas que sirvieron ese día como comentaristas de los hechos, así
como las entrevistas y opiniones de maestros y policías que estuvieron en el
sitio, ha hecho que renazcan nuevas dudas –tal como ocurrió el 11 de septiembre
del 2001 con las torres gemelas- sobre las actuaciones de los cuerpos de
seguridad de los Estados Unidos.
Las dudas sobre el joven
de 20 años que participó en la cruel matanza de niños y adultos, hacen suponer
que no estuvo solo y que fueron utilizadas más de un arma para tal acontecimiento.
El equipo médico forense
que participo en la experticia del lugar de los hechos manifiesta que todos los
niños y todos los adultos fueron asesinados por tiros de fusil. Pero en la escena
del crimen se localizaron tres armas: una pistola Glock, una pistola Sig Sauer y
un rifle Bushmaster .223.
El rifle de asalto estaba
en el asiento trasero de un vehículo y las dos pistolas estaban con el cuerpo
del asesino.
Esta situación, ha
generado una serie de interrogantes, que hacen suponer la complicidad de una o más
personas sobre la matanza ocurrida en la Escuela Sandy Hook. Pues, nadie puede
explicar como el rifle de asalto pudo dar al asiento trasero del vehículo y
luego el asesino trasladarse nuevamente al interior de la escuela para
suicidarse.
Lo cierto es, que los
informes oficiales se han cruzado con informes falsos. Con opiniones y comentarios periodísticos que
juegan con la psique del televidente estadounidense común, y el mismo estado,
no hace nada para aclarar dicha confusión. Permitiendo de esta manera que se
juegue con el terror y el temor dentro de la población. Ocasionando dudas,
angustias, desesperación a la hora de tratar de entender un hecho tan terrible,
como es la matanza en masa de niños y adultos de una escuela primaria.
Una
cultura de las armas. Una cultura de la violencia
Los estadounidenses han
sido bien armados desde hace varios siglos. Estados
Unidos se forjó a base de conquistar tierras, tierras arrebatadas a sus
habitantes originales, que fueron masacrados: hombres, mujeres y niños.
Naciones y pueblos enteros desaparecieron a través del uso de las armas de
fuego, el uso de cuchillos y una forma incipiente de guerra biológica, según la
cual, se empleaban materiales contaminados para introducir enfermedades
extrañas en los pueblos indígenas.
La
esclavitud se mantuvo con la fuerza de las armas y con una violencia atroz que
fue testigo de la aparición del primer cuerpo policial normalizado: los
cazadores de esclavos. Hasta el día de hoy, ha sido la violencia lo que ha
mantenido la hegemonía política y económica estadounidense en la mayor parte
del mundo.
El predomino
de Estados Unidos está al servicio de una clase reducida que debe sus orígenes
a la fundación de Estados Unidos y del capitalismo. Estados Unidos y Europa
occidental no deben su riqueza a la ingenuidad, ni a la supremacía de las
poblaciones de sus respectivos países, sino a la agresión descarnada, al robo, a
la esclavitud, a la violación y al genocidio.
Así es como
nació la cultura de las armas, una cultura de la violencia. No es más que el
simple reflejo del actual orden social mundial.
Escrito
por: Lcdo. Carlos Salazar
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